Resumen
Una de las características relevantes de la novela La guaracha del Macho Camacho de Luis Rafael Sánchez es el obstinado propósito que tiene el narrador de hablar y de decir. Ese hablar es llevado a sus extremos —incluso a una verborrea que nada dice, o una mudez que dice todo—. Y ese decir es lanzado en todas las direcciones: diciendo, desdiciendo, volviendo a decir, bendiciendo y maldiciendo, el enunciador parece que quisiera acceder a una palabra más auténtica. Ese afán, en última instancia, plantea la problemática de la relación de la novela con la discursividad social en que ella se produce. Las diversas voces y formas discursivas que aparecen en el texto, vinculadas con el nivel de las acciones y los personajes, proponen una valoración de las posibilidades discursivas de los agentes representados en la novela, y la valoración que el narrador hace de su propio rol en ese contexto.