Resumen
Desapropiarse es llamar a la acción, desposeerse del dominio de lo propio. Pensar y ensayar desde la noción de “desapropiación” se trata de renunciar críticamente a lo que la Literatura (con L mayúscula) hace y ha hecho: apropiarse de las experiencias y voces de otros en beneficio de ella misma y sus propias jerarquías de influencia. Se trata de poner en claro los mecanismos que permiten una transferencia desigual del trabajo con el lenguaje de la experiencia colectiva hacia la apropiación individual del autor. Este recorrido
crítico se hace con el fin de regresar al origen plural de toda escritura y construir, así, horizontes de futuro donde las escrituras se encuentren con la asamblea y puedan participar y contribuir al bien común. La desapropiación vuelve visible, mejor: tangible, la apropiación autorial y, al hacerlo, hace perceptible el trabajo de los practicantes de una lengua cuando otros, algunos entre ellos, la vuelven escritura. El ensayo deriva al final en el examen del “libro comunalitario” y en la noción antropológica de “compartencia”, lo que acaba por constituir las diferencias sustanciales entre las escritoras desapropiativas y los autores apropiativos.