Resumen
Cuando don Pedro de Añasco fundó por primera vez la Villa de Timaná en 1538, la civilización de los indios agustinianos ya había desaparecido. Quedaban, eso sí, en el paraje que hoy se conoce con el nombre de Parque Arqueológico un sinnúmero de estatuas que testimoniaban un pasado glorioso. Entre ellas, dos esculturas musicales. En la una aparece una especie de trompeta en forma de caracol (el fotuto), y en la otra una flauta. Las trae el profesor Preuss en el segundo volumen de Arte monumental prehistórico en las planchas primera y octava, número dos.
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