Resumen
Buena parte de las indagaciones que se han adelantado sobre la literatura y el arte de los siglos XVI, XVII y parte del XVIII, y sobre las diversas implicaciones del término 'barroco', coinciden en señalar el destacado papel que jugó la Iglesia y, en particular la Compañía de Jesús, en el surgimiento y consolidación de la época. Esta tesis es desarrollada, total o parcialmente, al menos por tres de los más destacados historiadores del barroco como son José Antonio Maravall, Helmut Hatzfeld y W. Weisbach. Estos autores manifiestan que la Iglesia, actuando como mecenas, no sólo apoyaba la producción artística y literaria, sino que también suministraba los temas a partir de los cuales se daba dicha producción y después dictaminaba a propósito de los resultados finales.