Resumen
Ciertamente se puede decir que "Virgilio, entre los poetas, y Cicerón, entre los prosistas, constituyen la base de toda la cultura literaria de los antiguos".
Virgilio es el summus poeta y fuente de inspiración de los escritores y cantores latinos, sobre todo a partir de los últimos años del reinado de Augusto, cuando Q. Cecilio Epirota sustituyó a Ennio, hasta entonces el poeta nacional, por el Mantuano, "cantor del Imperio y de la Edad de Oro, junto con algunos de los llamados poetae novi". Desde esa época, se podrá decir que Virgilio se convertirá en el autor por antonomasia, en el clásico por excelencia, o, por decirlo con Petronio de modo conciso y supremo, el Romanus Vergilius. Y Virgilio continuará siendo el poeta preferido hasta la decadencia y fin del imperio romano a causa de las invasiones bárbaras.