Resumen
La sistemática proliferación de estudios sobre el Libro del cavallero Zifar es un fenómeno bastante reciente, síntoma del interés que despierta en la actualidad esta obra tan singular, cuya tradición crítica se ha desarrollado en poco más de los cien últimos años. La ausencia de análisis anteriores está relacionada con las peculiaridades de su difusión moderna, pues hay que esperar a Jacques-Charles Brunet para encontrar la descripción de la rara edición de Sevilla realizada por Jacobo Cromberger en 1512; el manuscrito denominado P, complementado con el texto sevillano, fue publicado por vez primera por Heinrich Michelant en 1872, mientras que el conocido como M sirvió de base para el texto establecido por Charles Ph. Wagneren 1929. La inclusión de la obra en la Historia de la literatura española de George Ticknor (1849) entre los libros de caballerías y su incorporación al Catálogo de Gayangos (1857) marcan unas pautas sobre su adscripción genérica, si bien estos primeros críticos sólo pudieron conocer el texto de 1512, aunque la vaguedad de sus comentarios permitiría sospechar que no lo habían leído.