Resumen
En la dedicatoria (1586) a su traducción de los Diálogos de amor de León Hebreo (1590), Garcilaso Inca de la Vega ofrece a Felipe II dar próxima cuenta de la conquista de su tierra, "alargándome más en las costumbres, ritos y ceremonias de ella, y en sus antiguallas, las cuales, como propio hijo, podré decir mejor que otro que no lo sea". La carta que precede a esta versión castellana de los Diálogos de amor revela algunos matices sugestivos. Su autor —un mestizo americano— se presenta como un escritor agudamente consciente de la singularidad de su labor. El escritor precisa además que estos frutos constituyen una primicia del Mundo americano, hecho que destaca en el título y dedicatoria de su obra. Así, el primer "hombre de letras" hispanoamericano asume su diferencia, firmándose por primera vez como Garcilaso Inca de la Vega.