Resumen
Rafael Pombo (1833-1912) es un inmenso poeta nacional. Los colombianos han aprendido a leer en El renacuajo paseador, la Pastorcita, El gato bandido, La pobre viejecita, poemas de ágil encanto musical. Muchos vibraron con el amor, dentro de una visión espiritualista, en Elvira Tracy, Noche de diciembre, Decíamos ayer, Perpetua y toda la extensa colección de sus poesías amatorias. Otros han percibido dudas filosóficas con Noche de tinieblas. Todos han captado las emociones populares con El bambuco, y El torbellino a misa. Pocos han podido sustraerse a la admiración por los héroes en A la tumba de Girardot y Las queseras del Medio. Muchos han convivido las maravillas de la naturaleza en Ante el Niágara, Preludio de primavera, Despedida de enero, y, finalmente, a envejecer en los magnos testimonios existenciales de Indiferencia, Dios, De noche