Resumen
Conscientes como estamos de que el lenguaje es la suprema capacidad del hombre, la cual lo diferencia de los demás seres de la naturaleza; capacidad que lo eleva no solo a la posibilidad de constituir sistemas filosóficos y tecnológicos, sino mucho más importantes y generales: a la de construir sistemas lingüísticos, base indiscutible de la existencia de las sociedades; no podemos más que buscar la manera de enriquecer tales sistemas de comunicación tanto en nosotros personalmente, como instructores de la humanidad, como en la porción misma de ella que por azar o por vocación ha caído en nuestras manos de educadores, con la rotunda esperanza de que con nuestra ayuda habrán de ser cada día mejores en los distintos campos de la actividad humana.